EL CONCEPTO DE REPRESIÓN Y SUS IMPLICANCIAS EN LA CLÍNICA PSICOANALÍTICA CON NIÑOS*


* Trabajo presentado en el marco de las reuniones de Equipo. (2010)
                                                                                                                     Lic. Guido Beltrami

A partir de la invitación para puntuar el concepto de represión en la obra freudiana me encontré con la dificultad teórica y temporal de poder trasmitir algo que llevó años de reformulaciones. En un principio, pensé en hacer un recorrido más teórico del concepto de represión pero me parecía algo complejo, elaborado y que me iba a demandar mucho tiempo, por un lado, pero por el otro, estaba la dificultad de cómo trasmitir esto en este espacio sin que se torne poco atractivo para el equipo.

Se me ocurrió entonces una manera de abordar el tema: formular algunas preguntas e intentar responderlas, y en lo posible poder pensarlas en la clínica con niños; creo que resultará más interesante que hacer un recorrido evolutivo del concepto de represión.

Arranqué con lo que primero se me vino a la cabeza: ¿Qué es lo que se reprime? Me lo pregunto y se los pregunto. ¿A que atañe la represión? Freud dirá: “lo que se reprimen son representaciones” y Lacan dirá “significantes”. A partir de esto pensé: ¿Como es que esto nos puede servir para pensar nuestro trabajo de todos los días?

A partir de estas preguntas, y haciendo un pequeño recorrido por el caso Juanito la idea es ver como puede contribuir el concepto de represión para pensar la complejidad de la clínica psicoanalítica y por sobre todo nuestra posición como analistas frente a las consultas por miedos, terrores nocturnos, inhibiciones, angustias y fobias infantiles.

Antes de pasar al caso Juanito, me pareció pertinente mencionar 2 textos claves a la hora de hablar de represión. Uno es “La represión” publicada en 1915 donde Freud hace la distinción entre una represión considerada en un sentido amplio (comprendiendo 3 tiempos) y una represión en sentido estricto, que es el segundo tiempo de la anterior. El primer tiempo es una “represión originaria” o reprimido originario, núcleo inconciente que funciona como polo de atracción respecto de elementos a reprimir. Un segundo momento que llamó represión propiamente dicha o con posterioridad que es la operación por al cual el yo intenta mantener en el inconciente representaciones (pensamientos, imágenes, recuerdos) ligados a una pulsión. Y el tercer momento es el retorno de lo reprimido en forma de síntomas, sueños, actos fallidos, etc.

El segundo texto es “Inhibición síntoma y angustia” de 1926 donde reformula su teoría de la angustia. Freud venia planteando antes de “Inhibición síntoma y angustia”, que la angustia proviene de una representación reprimida cuyo afecto queda suelto y se transforma en angustia. Luego da un giro respecto de la conceptualización de la angustia y se vale del caso de zoofobia infantil de Juanito a los caballos para fundamentarla.
Decíamos entonces ¿Sobre qué recae la represión? Sobre las representaciones a las que se fija la pulsión en el curso de la historia del sujeto. Ahora pensemos esto en el caso Juanito.

La situación psíquica infantil de Juanito durante el complejo de Edipo estaba dominada por una situación de ambivalencia de amor y odio hacia su padre. Su fobia es una tentativa de solución de este conflicto. El deseo que sucumbe a la represión es el deseo hostil contra el padre, el de que su padre se cayera y se hiriese como el caballo. Esta agresión para con el padre (deseo de muerte del complejo de Edipo) se le retorna por la culpa porque empieza a funcionar el Superyo. En el temor de ser agredido por el padre, este se sustituye por el caballo y ahí se le arma la fobia, a partir del desplazamiento entre el padre y el caballo. Si solo fuera temor al padre, esto seria solamente angustia, lo cual provocaría solamente inhibición al yo. Pero como hay una sustitución, se le produce un síntoma fóbico.

Freud va a decir que no podemos calificar de síntoma al temor angustioso de esta fobia sino lo que hace al síntoma es exclusivamente la sustitución del padre por el caballo. Sustitución de un significante por otro. Este desplazamiento (metáfora) es lo que puede calificarse de síntoma y es la solución del conflicto por ambivalencia.

En realidad, Freud termina explicando que Juanito abandona la agresión contra su padre por angustia de castración. El miedo angustioso a ser mordido por un caballo (en los genitales) es el sustitutivo deformado (metáfora) de la de ser castrado por el padre. Lo que se reprime es la representación de ser castrado por el padre.

En “Inhibición síntoma y angustia” Freud dirá que la angustia de castración va a motivar la represión. El motivo de la represión no es otro que el miedo angustioso a una inminente castración. Es la angustia de castración el motor de la represión.

Durante la fase pre-edípica y el complejo de Edipo el niño ha de tener grandes montos de satisfacción pulsional ya que la líbido no se encuentra privada de satisfacción. Pero al entrar en la latencia todas las tendencias, vivencias, deseos y objetos edípicos se abandonan x represión.

Sin embargo, estas tendencias quedan con cierta carga energética y persistirán (deformadas) en la vida inconciente de sujeto por haber constituido modos de satisfacción pulsional. El período del complejo de Edipo se trasforma, entonces, en el nódulo central de toda N porque las tendencias libidinales reprimidas pasan a funcionar como elementos de atracción y van a conformar los puntos de fijación a los que regresará la líbido insatisfecha, es decir, se retornará a modos de satisfacción pulsionales que hubo en el periodo del complejo de Edipo. Por eso, una de las definiciones de síntoma es el retorno a una forma de satisfacción realmente utilizada en la vida infantil y reprimida después.

Lo reprimido, sin embargo, al tiempo se revuelve contra ese destino y siguiendo ciertas líneas asociativas sobre los que el yo no tiene poder alguno se procura una subrogación sustitutiva (retorno de lo reprimido) que se impone al yo por la vía del síntoma. Lo reprimido retorna de un modo deformado (condensación-desplazamiento /metáfora-metonimia) para pasar la censura del yo. El retorno de lo reprimido (Síntoma) es una solución de compromiso para el conflicto psíquico entre 2 instancias: una instancia represora y otra reprimida.

En los primeros párrafos del historial, Freud pone el acento en las dificultades técnicas de un psicoanálisis a tan temprana edad. Creo importante considerar que esto sigue vigente hoy en día. No por que no pueda practicarse el psicoanálisis con niños, todo lo contrario, sino que debemos estar advertidos que podemos encontrarnos con niños en tiempos de estructuración, tiempo de la infancia donde aún no hay un sujeto del inconsciente. Leí por ahí, lamentablemente no recuerdo donde, que Lacan se preguntaba en relación a Juanito: ¿Dónde está el inconsciente en ese momento? ¿Dónde la represión? ... Más allá si formuló realmente estas preguntas, me parece pertinente tener en cuenta en que momento nos llega cada niño, no es lo mismo un niño de 3-4 años que uno de 7-8.  El trabajo con niños en tiempos constituyentes complejiza nuestra práctica y nos obliga a considerar nuestro lugar como analistas más que nunca.

Ahondar en el concepto de represión me permite pensar la singularidad del psicoanálisis, a saber, eso que llamamos inconciente; y nos prepara para dimensionar lo complejo de la clínica psicoanalítica y en especial con niños y en el abordaje de sus síntomas. Tener en cuenta el concepto de represión y la complejidad del mismo nos permite no caer en un lugar/función educativo-sugestivo-pedagógico por parte del analista frente al tratamiento, algo muy tentador a la hora de trabajar con niños.

Hago referencia a esto por que muchas veces me vi tentado e incluso no es inoportuno reconocer que uno cae muchas veces en este lugar, uno se “distrae” momentáneamente respecto de donde viene eso que le sucede a un niño. Creo que todos los analistas debemos estar advertidos de ello, es nuestra responsabilidad a la hora de tratar con personitas que padecen síntomas.

Referencias:

Friedenthal, Irene: “Descubrir el psicoanálisis”.
Freud, Sigmund: “Inhibición, síntoma y angustia”, Cáp. II, III y IV.
Freud, Sigmund: “Conferencia Nº 15: La represión".
Freud, Sigmund: “Conferencia Nº 23: Los caminos de la formación del síntoma".
Freud, Sigmund: “Fantasías histéricas y su relación con la bisexualidad”.
Freud, Sigmund: “Análisis de la fobia de un niño de cinco años”.
Lacan, Jacques: “Seminario X de la Angustia, clase 12 de Junio”.
Lacan, Jacques: “Seminario X de la Angustia, clase 13 y 23 de Enero”.
Lombardi: “Clínica del Psicoanálisis II”
Weskamp, Mariela: Clínica con niños: “el silencio de los inocentes”