MALESTAR E INFANCIA*

*Trabajo presentado en la 1º Jornada del Equipo de Niños del Hospital Alvarez: “La clínica hospitalaria, obstáculos e invenciones” (2011)

Lic. Susana Sujarchuk


Escuchamos hoy que la infancia es el tiempo del cuerpo y de las teorías sexuales que anudan goce, saber; pulsión y lenguaje.

“Nadie sabe lo que puede un cuerpo” es una máxima del filosofo Spinoza del siglo XVI


Y Henry Meschonnic, lingüista y escritor, subraya: "Cuando hay que pensar la relación entre el afecto y el  concepto; entre  cuerpo y  lenguaje; entre el lenguaje y la vida,  hay que pensar en Spinoza".

Lo esencial es lo que Spinoza llama una vida humana: “Una vida humana, entiendo dijo Spinoza no puede ser definida únicamente por la circulación del la sangre común a todos los animales, sino sobre todo por la razón (aclaremos que razón y deseo son para el filosofo lo mismo). Razón/ deseo son la verdadera fuerza y virtud”

En esta misma línea, el jurista Pierre Legendre,  nos dice en su libro La fábrica de Occidente: "No es suficiente fabricar carne humana, es necesario instituirla. No basta con producir carne humana para que ella viva, al hombre le hace falta una razón para vivir".

La razón para vivir; Legendre la sitúa en la pregunta: “Liquidar la pregunta es liquidar la marca de lo humano”. Plantea lo siguiente: el mundo para ser habitable debe ser puesto en escena con palabras.


“Una sociedad no es un montón de grupos ni un montón de individuos, sino el teatro donde se juega trágica y cómicamente la razón para  vivir. La razón nos viene del lenguaje…”

“Fabricar al hombre es decirle del limite, fabricar el limite es poner en escena la idea de padre, dirigir la interdicción a los hijos de uno y otro sexo…”
“El padre es meramente asunto de símbolo, una cosa teatral, artificio vivo  que deja  maltrecho a la sociedad de los sociólogos  y a la ciencia de los biólogos.”

“La humanidad ultramoderna esta embriagada por la idea  de que la ciencia y la técnica no tienen nada que ver con lo justo o lo injusto.”

“La humanización  del hombre es eso: andamiaje que constituye la imagen del padre.”

Me interesa esto.: Cuando se borra en la sociedad la imagen del padre reaparece la imagen del IDOLO.

Pensemos en todas las masacres del siglo XX.

“En occidente, como en todas las civilizaciones, el hombre debe nacer por segunda vez; nacerle a aquello que lo excede a él y a sus padres.”
“Separar al hombre humano es enseñarle un más allá de su persona. Separar al hombre humanamente es enseñarle a conocer su  deseo, es separar al hombre de sí mismo.”

He  aquí los articuladores: razón, deseo, el mundo para ser habitable debe ser puesto en escena con palabras.

El padre es una construcción que fabrica el límite. La pregunta, como la razón para vivir. 

 La fabrica del hombre occidental separa cuerpo y espíritu, lo somático de lo psíquico.

Acontecen así los prodigios: la biología y la medicina industrial, como la tecnocracia médica.

Siguiendo en estas líneas de pensamiento, la psicoanlista Collete Soler, en su libro La maldición sobre el Sexo, hace un análisis del discurso contemporáneo, diciendo que nuestra época está regida por una ideología contractual. El siglo dio a luz un trío: debate, consenso, contrato. 

Tenemos comités contractuales por un lado en todos los niveles; Esta ideología puede invadir el sexo, pero no trabaja a favor del Eros, porque no se orienta hacia la diferencia ni hacia  la alteridad.  También ubica que la sociedad de consumo propone una estandarización de los goces propuesta  por el mercado. Los sujetos están sometidos a una organización colectiva del plus de gozar; que como contragolpe genera el racismo. Cuánto más se homogeniza, más se rechaza hacia los márgenes a todos los que no entran en ese proceso.

Pero lo que me interesa subrayar hoy (haciendo un recorte); es lo que la autora señala: que  no tenemos  más paradigmas del Ideal de amor, ni del Ideal del Otro.

Recordemos que el Ideal es una forma de modular la pulsión. 
Entonces tenemos amores sin modelos; algo absolutamente nuevo en la historia.

Los amores sin modelos son amores a merced de los encuentros, y en esta línea va a situar  al amor de  transferencia como producto  de un encuentro. 
También como algo absolutamente nuevo: Un amor cuyo resultado va a ser la producción de un saber, un amor que no al final, sino paso a paso produce un saber y con ello demuestra un real propio de la experiencia psicoanalítica.
Tomemos en esta línea alguno de los casos presentados hoy en relacionados a la clínica de los chicos de los hogares.

 Es el encuentro con un psicoanalista y solamente con alguien que asume esta posición de causa , que les permite producir un saber. Tomemos el caso de J , a partir de su análisis comienza  a escribir una historia. Recordemos: El mundo para ser habitable debe ser puesto en escena con palabras. Notemos además, que surge la vertiente del amor cuando le puede preguntar al operador por la ausencia de su psicóloga,  . Esta nena deja de ser pura pérdida,  encopresis y enuresis para poder comenzar a recortar un cuerpo, con bordes, anudado al lenguaje.

Sigamos, a diferencia de la ideología contractual que rige en nuestra época.  Safouan va a sugerir para el psicoanálisis el término de alianza, entendida no como alianza terapéutica, sino como alianza en el sentido bíblico donde el sujeto se compromete con lo simbólico.

Al respecto dirá“ Si hay una ley del deseo, como parece ser necesario y si esa ley opera ahí donde no se enuncia, por qué no concebirla como ley del nombre, en tanto que el nombre no solo designa sino que significa.”
Importante: Esta ley del nombre, a diferencia de la ley jurídica, no puede ser concebida como una ley que se le impone al sujeto desde afuera, sino que es una ley donde el sujeto se constituye como responsable y se compromete con su palabra (lejos estamos del contrato entre las partes).

Aquí va a ubicar la función analizante.

Anudemos y pongamos los términos en relación: un nuevo amor, amor de transferencia, que produce un saber no al final sino paso a paso. Ley del nombre, que implica que el padre tiene tantos nombres como soportes posibles. Su función unir ley y deseo, pensamiento y cuerpo.

Entonces: apostar al sujeto, al inconsciente, es poner en juego este operador estructural que puede adquirir una multiplicidad de significantes, de S1, de nominaciones, que pueden operar en ausencia del padre real.

Volvamos, a los casos del hogar, han presentado el caso de O, prostituido por el padre en convivencia con la madre. Sin embargo, en el primer encuentro con su analista le dice que sueña y se despierta. Sueño traumático que intenta inscribir la cantidad en cualidad. A pesar de todo sueña,  apuesta  sujeto,  y comienza un trabajo de escritura, de escribir e inscribirse Le pregunta a la analista si ella tiene capacidad de recordar y a partir de allí cuestiona la letra de los grandes diciendo que a veces no se la entiende. Comienza así a relativizar esa letra trágica que le viene del Otro.

En realidad, el planteo para el psicoanálisis hoy se hace inminente. Nos encontramos en la actualidad, con lo que podríamos llamar las anomalías familiares, verdadera subversión que concierne  a la definición misma de parentesco: Familias homoparentales, recompuestas, homosexuales, niños de los hogares, sin familias.

El interrogante es como hacer para no ubicarnos del lado de la moral, del lado de la nostalgia de un pasado armonioso y de un paraíso perdido. Si pensamos desde la ética  y el caso por caso, podemos retomar la propuesta de Lacan.
“Qué justifica nuestras intervenciones?” dice en el Seminario 11, en tanto analistas: es el penar de más, el demasiado esfuerzo,  el demasiado sufrimiento,  el mal de sobra, el trop de mal de la pulsión.

“Los analistas nos interesamos en el asunto, en la medida en que creemos que hay otras vías, nos referimos a la pulsión, justamente, porque el estado de satisfacción se ha de rectificar a nivel de la pulsión…. 

“La pulsión es el montaje, a través del cual, la sexualidad participa de la vida psíquica y de una manera que tiene que conformarse con la estructura de hiancia característica del inconciente”.

Desde este lugar, no podemos ser ajenos cuando los niños se nos presentan del lado del exceso, de la hiperactividad en plena ebullición  y tensión agresiva. 

Hay algo del penar de más, del exceso… del desorden propio del trauma.
Se trata en estos casos de un sufrimiento que no habla, que no llega a presentarse como síntoma, donde solo disponemos de la angustia como brújula.    

Lacan sugiere: en la experiencia a la angustia es necesario canalizarla. Si se me permite la expresión, dosificarla, para que no nos abrume demasiado. Esta dificultad es correlativa de la dificultad que existe en conjugar el sujeto con lo real.

Aquí ubicamos a la angustia cuando falta la falta, este exceso de excitación, que,  no pudiendo tramitarse, hace tapón. Este exceso de  excitación, seria equivalente de un exceso de goce que obliga al sujeto a renunciar a algo, a soltar algo.

Por eso creo que hoy hemos escuchado en varias presentaciones clínicas un término que recorto, el de INTERVENCIONES PROPICIATORIAS, que privilegian la instalación de la transferencia y la pérdida de goce necesario. Apuntando a la integración de la sexualidad a la dialéctica del deseo.

OBSTÁCULOS E INVENCIONES (NOMBRE DE LAS JORNADAS) Podríamos sugerir que la invención propia en la clínica de la infancia se nos presenta desde el lado de estas intervenciones propiciatorias: armar un juego en un caso,  proponer una agenda en otro, colocar un muñeco en un auto, para que represente al sujeto/ niño y le posibilite una separación.

Propiciar la ficción para que el niño se comporte como un poeta,  que crea un mundo propio o mejor dicho, inserta la cosas de su mundo en un nuevo orden que le agrada, al tiempo que la separa tajantemente de la realidad efectiva. Sabemos con Freud que este trabajo para el niño es un trabajo serio, que invierte en él grandes montos de afectos, poniendo en juego su sexualidad.
El lenguaje, a recogido este parentesco entre juego infantil y creación poética, llamando juegos (Spiel) a las escenificaciones del poeta.

Aquí juego y lenguaje se imbrican en un discurso, que invitan a una lectura .La palabra en el encuentro con la voz articulan lo pulsional.

El niño como poeta tal vez escriba su poema.

Meschonnic propone al poema como la máxima subjetivación del sujeto en el discurso. Agregamos: La poética como el juego reconocen la historicidad, escritura que escribe, puesta del cuerpo en el lenguaje, máxima carga pulsional de la oralidad;  que quizá en ese rodeo discursivo  logre escribir la ley del nombre, que haga metáfora, recortando los significantes que le posibiliten al niño localizarse más allá de los avatares del Otro que le tocó en suerte.

Apuesta, también hoy desafío, porque no invención, ante los nuevos paradigmas de la época.

Referencias bibliográficas:

Baruch de Spinoza, Ética demostrada según  el orden geométrico. F.C.E

Henri Meschonnic, La poética como crítica del sentido. Marmo-Izquierdo

Pierre Legendre, La fábrica del hombre occidental. Amorrortu 

Colette Soler, La maldición sobre el sexo. Manatial

Moustapha Safouan, La palabra o la muerte. Ediciones La Flor

Autores varios, Psicoanálisis con niños, hoy. Imago Mundi

Lacan. Seminario 11.Paidos

S.Freud. El creador literario y el fantaseo. Amarrortu